El lienzo, el papel de acuarela, las pinceladas y las manchas.
Un retrato hecho a mano es irrepetible e inolvidable.
Requiere tiempo y paciencia además de destreza y amor.

No es solo una foto,
se plasma la luz de esta persona, el momento, la relación, la atmósfera.
Es perfecto para cualquier edad, evento, celebración o para darte un capricho.